El desafiante presente de Masisa tras vender su última planta en México
La firma concluyó un reordenamiento que comenzó en 2017 y quedó con producción constante solo en sus dos complejos industriales en Chile, luego de salir de Brasil, Argentina y el país azteca.
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En 2017, la firma forestal Masisa comenzó un profundo plan de reestructuración, el que terminó recién hace un par de semanas, luego de vender su última unidad productiva fuera de Chile y Venezuela, concluyendo con ello su salida de Argentina, Brasil y México.
La compañía, hoy controlada por el Grupo Nueva, tuvo un 2022 con números azules empujado por el buen momento de los precios de sus productos y la reactivación que se había dado post Covid.
Sin embargo, este año los resultados no fueron alentadores y el 100% de la venta por US$ 18 millones que hizo en el país azteca, en el estado de Chihuahua, a la empresa local Duraplay, se destinará a pagar deuda.
Según sus últimos estados financieros a septiembre de 2023, tuvo pérdidas por US$ 27 millones, comparado con los US$ 55 millones que ganó en el mismo período de 2022, mientras que sus ingresos cayeron en 34%.
El Ebitda, en tanto, fue de US$ 14 millones, cifra que representa una caída de US$ 80,6 millones respecto a 2022.
De acuerdo con el análisis razonado de los resultados del tercer trimestre, según la firma esto se explica “como consecuencia de los impactos macroeconómicos, alta inflación y tasas de interés, que han afectado de manera transversal a distintas industrias y mercados, entre ellos la construcción, reduciendo de manera relevante la demanda por los productos que la compañía produce y comercializa. Esto se refleja en una caída de los volúmenes y precios de venta y menor dilución de costos fijos por la detención de líneas de producción”.
Consultada por DF, Masisa declinó participar en este artículo.
Fitch enciende alertas
Para la industria forestal, el pasado no fue un año fácil en general. Sin ir más lejos, la propia Arauco ha debido hacer frente a complejidades del mercado.
De acuerdo con la agencia clasificadora Fitch, en un informe emitido tras el anuncio de venta de la última planta productiva de Masisa en México, la desinversión “podría conducir a una recuperación moderada de los indicadores de endeudamiento, en la medida en que el flujo neto de esta venta se destine a reducciones de deuda”. El 15 de diciembre de 2023, la agencia asignó perspectiva Negativa a la calificación de Masisa debido al deterioro fuerte en sus resultados operacionales. Si bien Fitch considera que disminuciones de deuda son beneficiosas, una recuperación de los resultados operacionales será necesaria para estabilizar la calificación de la compañía.
Al mismo tiempo, la agencia recuerda que en 2019 Masisa vendió sus otras instalaciones industriales en México; y el último remanente de sus operaciones en ese país era la planta ubicada en Chihuahua enfocada en la producción de tableros de PB (particleboard) y melamina, y abastecía desde allí la demanda en los mercados norteamericano y mexicano, los cuales podrá seguir atendiendo “a través de venta directa con productos desde sus dos complejos industriales en Chile”.
La fuerte reducción de los números de Masisa se explica, agregó Fitch, “por una disminución en los volúmenes de ventas luego de una caída en la demanda, lo que, junto con costos fijos altos impactaron fuertemente los márgenes de rentabilidad de la compañía”. Agrega que si se considera “la deuda financiera de US$ 145 millones al 30 de septiembre de 2023, el indicador de deuda neta a Ebitda ajustado por Fitch alcanzó 4,4 veces, nivel que está fuera del rango de la calificación de A-(cl) que ostenta la compañía”.
La agencia estima que “a partir de 2024 el margen Ebitda y Ebitda se recuperen parcialmente de la desaceleración en sus mercados principales originada en 2023. Sin embargo, se estima que la demanda comenzará a normalizarse desde el segundo semestre del mismo año”.
En 2022, Masiva vendió sus operaciones en Argentina, con lo que además dejó de tener masa forestal propia. “El negocio forestal, como segmento de negocio, ya no forma parte de los activos de Masisa”, dijo la firma en sus estados financieros.
Recambio en la plana gerencial
Otra de sus operaciones fuera de Chile es la ubicada en Venezuela. La empresa poco habla de ella en sus memorias y estados financieros. La planta está ubicada en el estado de Anzoátegui y en el país además hay 47 Placacentro, que son puntos de venta de sus productos al público final. Quien lidera la operación en dicho país es Carlos Urdaneta.
Además, es el país que lideró, según su memoria 2022, los reclamos a través de canales internos, y de acuerdo a publicaciones de noticias en Venezuela, la compañía cuenta con disputas con parte de su fuerza laboral por compromisos que habría incumplido.
En su memoria, la única acotación que hace sobre el relacionamiento con las comunidades aledañas es que “en Venezuela, debido a la situación socio-política y económica, no se ha realizado el proceso de consulta social, no obstante, se mantienen contactos con los líderes de las comunidades vecinas a las operaciones forestales e industriales”.
Por último, el año pasado la firma renovó a buena parte de su plana gerencial. Según la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) se nombraron nuevos gerentes de Cadena de suministros, de la unidad de Solución Muebles, Revestimientos y Alianzas, gerente de Operaciones y de relación comunitaria.